jueves, 14 de febrero de 2013

Charla sobre contaminación urbana



En la charla divulgativa de este mes revisamos el tema de la contaminación urbana, centrados en las contaminaciones lumínica, acústica y atmosférica.
 
Un problema que nos afecta de manera importante en nuestra vida diaria, con el consiguiente descenso de calidad de vida, y que no siempre somos capaces de percibir.
 
En cuanto a contaminación lumínica recordamos que se produce por el exceso de iluminación, que se lanza hacía el cielo, provocando un excesivo gasto energético y la pérdida del paisaje estelar -el patrimonio que significa poder ver las estrellas-, aunque también cambios en ecosistemas e interferencias en el tráfico aéreo y terrestre.

La contaminación acústica afecta según los expertos a uno de cada cuatro españoles, aunque no siempre seamos conscientes de ello. Puede tener efectos auditivos (pérdida de audición, la socioacusia) y efectos psicopatológicos o psicológicos: insomnio, fatiga, estrés...
 
La principal fuente de ruido urbano es el tráfico rodado (coches, camiones, motos), más allá de aspectos puntuales como obras o algunos establecimientos.
 
Revisando los mapas sonoros urbanos, como el de la ciudad de Zaragoza, vemos que estamos en unos umbrales que rozan lo peligroso y que sería aconsejable reducir, bien actuando directamente sobre las fuentes (reducción de tráfico y episodios ruidosos) bien mediante medidas paliativas (insonorización edificios, pantallas de arbolado o acústicas...)
 
Aunque sin duda la más grave es la contaminación atmosférica. En muchas ocasiones envuelta en una guerra de cifras entre los valores recomendados de la OMS (Organización Mundial de la salud) y los valores límite legales.
 
Esta contaminación viene motivada sobre todo por las Partículas en suspensión (PM10, PM2,5), el Dióxido de nitrógeno (NO2), el Dióxido de azufre (SO2) y el Ozono (O3).
 
En estos momentos el dióxido de azufre, provocado sobre todo por las calderas de carbón, se ha visto muy reducido al ir desapareciendo éstas. Aunque en Aragón debemos recordar la presencia de varias térmicas de carbón, sobre todo la de Andorra. El dióxido de nitrógeno, provocado por el tráfico, tampoco presenta una niveles elevados. Pero sí son altos y preocupantes los de Ozono (producto secundario al reaccionar los gases del tráfico con el sol) y sobre todo los de partículas, provocadas por la combustión del tráfico y la calefacción, y que originan problemas en el tracto respiratorio y los pulmones.
 
Por supuesto, para reducirla es vital contar contar con una buena red de control de la calidad del aire y con la reducción del tráfico rodado, para lo que medidas como la progresiva implantación de la bicicleta, el tranvía o el tren de cercanías son fundamentales junto a un modelo de ciudad compacta que no haga tan necesario el uso del coche.
 
Toda esta información se refiere a la ciudad de Zaragoza, pero puede extrapolarse a buena parte del territorio español, y viene bien recogida en el informe anual de Ecologistas en Acción partiendo de los datos oficiales públicos.
 
 

2 comentarios:

  1. Acabo de descubrir vuestro blog. Muy interesante. Ya tenéis un nuevo seguidor en Blogger. :-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias ;-) Esperamos seguir divulgando aspectos interesantes

      Eliminar